jueves, 13 de agosto de 2009

Dos triunfadores atípicos

Roberto Saviano ha vendido seis millones de ejemplares de su libro "Camorra", pero no puede disfrutarlo. El señor Saviano se siente como una puta mierda hasta el punto de renegar de su éxito. Ya no es un hombre libre. La Camorra se la ha jurado. Vive escondido, protegido, guarecido, jodido... De haberlo sabido antes, hubiese escrito, a lo mejor, una novela sobre El Vaticano. El Papa y compañía ya no tienen potestad para mandar a la basca a la hoguera, tan sólo al Infierno, y con una condena al Infierno se puede vivir despreocupadamente. Y Saviano, en este momento, sería un hombre libre, como Almodovar, para seguir criticando a la Iglesia.

John Kennedy Toole escribió una novela genial, "La conjura de los necios", obra maestra del humor, el libro que más me ha gustado de todos los que he leído en mi vida, y juro que he léido, que leo, un montón, y quiero leer muchos más.
Pero a este buen hombre, catedrático de la universidad de Nueva Orleans, donde transcurre la trama de su novela, le dieron la espalda todas las putas editoriales. Se suicidó harto de intentarlo. Se pegó un tiro y adios.
Años más tarde su madre consiguió que se editase la novela e inmediatamente recibió el favor del público. Se tradujo a un montón de idiomas y fue premio Pulitzer de novela al año siguiente.

Saviano y Kennedy Toole, dos atípicos casos de triunfadores. Nada que ver con la autora de Harry Potter o con el de El Código Da Vinci. La Vida elige a quién putear. Cervantes murió en la pobreza y Lope de Vega disfrutó de riquezas y recibió honores funerarios.

5 comentarios:

Obdulio de Oklahoma dijo...

Jopo y Jesús, he respondido a vuestros comentarios en el post de abajo.
Guas noites

Jesús dijo...

Es la diosa Fortuna que tanto veneraban los romanos.

JoPo dijo...

no recordaba lo de la camorra. Valiente mierda de sociedad en la q eso es posible. En la q "el bueno" tiene q vivir escondido de los "malos".

Obdulio de Oklahoma dijo...

Tu comentario viene al pelo, Jesús, la diosa Fortuna es la que le hace las putadas a "Ignatius", el protagonista de La Conjura de los necios.

Es rara la sociedad en la que no haya habido buenos huyendo de los malos, Jopo, y no hace falta mirar muy lejos.

¡Abrazos a los dos!

Javi Rumí dijo...

Leí "La conjura de los necios" porque no sé quién me la aconsejó. A mí me encantó también.

Hay una extraña relación entre los autores y la desgracia. Cuan más desgraciado sea un escritor, más triunfará una vez muerto. Creo que esto pasa porque la gente busca en ese que narra la pureza total, lo contrario a la búsqueda del enriquecimiento personal; por eso cuando un autor muere pobre pero fiel a su obra y a sus principios se le alaba tanto y se le compra más. En definitiva, que somos unos hipócritas, al fin y al cabo, nadie quiso leerlo mientras estaba aquí.

Yo lo único que quiero que me llegue después de muerto es la resurreción, y punto.