jueves, 6 de octubre de 2011

Cambios en la Iglesia (Ficción, por supuesto)

Sólo a una religión se le puede ocurrir ordenar a sus prosélitos semejantes actuaciones contra natura: un "matrimonio hasta que la muerte os separe" y "no cometerás actos ni pensamientos impuros" Ni pensamientos, casi nada!... Y mucho menos con la mujer del prójimo: "No desearás a la mujer de tu prójimo" Y, por supuesto, se entiende que el prójimo es todo prójimo viviente.
Jode menos lo de no comer jamón ni carne de vaca. Esto último tiene también su guasa, el cerdo es un animal "impuro" y la vaca es "sagrada", la vaca es una divinidad y el cerdo un pecador de la pradera. osea, un guarro. Los católicos, afortunadamente, pueden comer vaca o cerdo, pero lo del sexo ya es otro cantar, y eso que a veces apetece más echar un polvete con una prójima o un prójimo, según el gusto de cada cual, que zamparse un bocata de pata negra con pan tumaca o una ración de oreja a la plancha.
Las religiones se lo ponen muy difícil a sus seguidores para que estos se salven y vivan eternamente. Creo que la Iglesia Católica debería convocar un concilio para cambiar el chip: Que a partir de ahora se considere pecado mortal fumar delante de los niños, consumir o traficar drogas, beber al volante, maltratar animales y aprovecharse de un cargo público para medrar. Y en contrapartida que el sexo fuese libre (a excepción de la pederastia, aunque muchos clérigos saliesen perdiendo) y se pudiese practicar con todas las prójimas y prójimos a nuestro alcance sin ningún complejo ni temor a la condenación eterna. Ah, y que el preservativo se recomendase profúsamente en pastorales y homilías. La Humanidad ganaría mucho con este cambio.

2 comentarios:

Jesús dijo...

Los musulmanes dan por descontado los pensamientos impuros, por eso tapan y encierran a sus mujeres.
Los catolicos prefieren la hipocresia.

Obdulio de Oklahoma dijo...

Un punto de vista muy curioso el suyo, Don Director. El pensamiento es libre, incluso el más impuro, otra cosa es pasar a la acción y para eso existe una reglas: el respeto a la persona que no quiere ser molestada.
Saludos desde la lluviosa Albión!