El nazi que murió hace una semana en San Sebastián era un ancianito adorable, sus nietos le querían mucho y así nos lo contaron los periódicos.
Los nietos de los sátrapas no llegan a enterarse de las maldades de estos o les ciega el cariño familiar. Es muy probable que este abuelito nazi les haya contado a sus nietecitos que lo del Holocausto es un gran mentira, que todo son calumnias de "rojos" como Rubalcaba.
Cuando murió Pinochet - un dictador que en su senilidad hizo más el ridículo que Francisco Camps en su madurez - su querida nietecita, una adolescente guapilla, se mostró muy triste y afligida. Los nietos del genocida Franco también aparecen fotografiados, o en el NODO, en armonía con el abuelito.
Los tiranos no fusilan a sus nietos, sólo a los nietos de los demás. En la guerra civil española se fusilaron a centenares de menores de 14 años (no recuerdo ahora la cifra que se publicó hace poco) y en las cámaras de gas de Hitler murieron miles de niños.
A los grandes asesinos les gusta vivir muchos años para ver crecer a sus nietos... sanos y salvos.
jueves, 27 de octubre de 2011
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2 comentarios:
En realidad la mayoria de los asesinatos se realizan por amor a la familia.
Yes, hay amores que matan.
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