martes, 18 de octubre de 2011

"Maquiavélico"

Imaginariamente lo dice Leonardo Da Vinci en el libro "La sonrisa de La Guioconda" de Luis Racionero:

"El fin justifica los medios porque hay una incompatibilidad entre el bien privado y el público. No se puede gobernar un estado con la misma moral con que se dirigen los intereses de una familia. Esto, para él (Maquiavelo) lo tenían claro los griegos y romanos, que eran sus admirados modelos: el ser humano es ingrato, libertino, falso o hipócrita, cobarde y ávido, arrogante y mezquino; con tendencia natural a ser insolente cuando las cosas le van bien y abyectamente servil cuando vienen mal dadas. Dicen amar la libertad pero la ponen por debajo de la seguridad, la prosperidad o el deseo de venganza. Son fáciles de corromper y difíciles de enmendar, responden por igual al terror que al amor, y si cupiese escoger entre ambos, el terror es lo más fiable. Para Maquiavelo las virtudes cristianas son obstáculos insuperables para construir el tipo de sociedad que el cree conveniente.

5 comentarios:

Javi Rumí dijo...

Interesante reflexión.

Obdulio de Oklahoma dijo...

Es una reflexión más larga y no tiene desperdicio, en realidad todo el libro está lleno de opiniones muy sabias, pero me he limitado a mostrar un poco.
Buenos días, Don Rumí! (lluviosos por aquí, para no variar)

Obdulio de Oklahoma dijo...

Don Jesús, en un comentario bajo el post "Test Obduliano" le he puesto las respuestas.

Jesús dijo...

Este Racionero se equivoco de personaje.
Tampoco hubiera pasado el test obdulio

Obdulio de Oklahoma dijo...

No, hombre, ha elegido la figura histórica más representativa de este pensamiento.
Buen día!