domingo, 7 de febrero de 2010

"Robaperas" y "robagallinas"

Son dos tipos sociales existentes desde la posguerra hasta los años sesenta. El hambre acuciaba y había que buscarse la vida como fuese. Los mejor situados se dedicaban al estraperlo, una forma de enriquecerse puteando a los más desfavorecidos. (Sus hijos físicos y putativos se han enriquecido con "el ladrillo" y/o desde posiciones privilegiadas en una formación política de "centro derecha"

Los "robaperas" o "robagallinas" solían actuar con nocturnidad y terminaban recibiendo palizas y soportando largas condenas. Maletillas y cómicos trashumantes, amen de otros "vagos y maleantes", recibían estos apelativos vejatorios. El famoso torero El Cordobés fue un "robagallinas" que, años más tarde, sería invitado a una cacería por el mismísimo Franco, "honrosa" excepción en el denostado gremio de los "robagallinas"

El cambio de los tiempos terminó con los hambrientos asaltantes de corrales e invasores de huertas, manteniéndose la delincuencia típica de toda la vida, la de los ladrones más exigentes, atracadores de bancos, farmacias, joyerías...

Pero esta nueva época de crisis y emigración desorientada nos trae otra vez a los ladronzuelos desesperados. El pasado viernes observé a un individuo que robaba hortalizas en una huerta. Eran las 7'20 a.m. y me dirigía al trabajo. Aún estaba oscuro. Mientras rodaba en mi bici contemplé la maniobra del "neorobaperas". No eran para traficar, lo vi claro, sólo para consumo propio. Llenó un par de bolsas de plástico y se fue. Si no fuese por lo intempestivo de la hora, cualquiera hubiese imaginado que venía de hacer la compra en el Mercadona. No sé si era autoctono o emigrante, la oscuridad me impidió observar sus rasgos, así que no puedo añadirle un matiz racista al relato para perturbar alguna conciencia.

En esta tierra no sucede como en el norte, que las fincas están protegidas por muros o alambradas de espinos. Aquí los caminos y carreteras transcurren rozando los terrenos de cultivo y de frutales, sin vallas que los separen. Es fácil bajarse del coche y hacer acopio de limones y naranjas sin que nadie te llame la atención. Y gran parte de esta fruta termina pudriéndose por el eterno descontento de los agricultores ante la desvergüenza de los intermediarios y las imposiciónes del mercado europeo.

Seamos benevolentes con los nuevos ladronzuelos y dejémosles que alimenten a sus familias, aunque sea a base de coliflor hervida y naranjas y limones a mogollón. Igual de benevolentes que estamos siendo con los banqueros y demás chorizos.

9 comentarios:

calimeroesmalo dijo...

Recuerdo la 1º que pillé a alguien robandome fruta de mis terrenos. No me lo tomé muy bien.
Esperé a que saliese de casa y lo tiré por las escaleras de un empujón y después lo pateé.
No tuve remordimientos, era mi madre que se comía los frutos de un bonsai que había comprado.
Pero su relato ha hecho que mis conductos lagrimales se humedezcan ( ¿Como se llama a eso? ¿ Emocionarse?)
Tienes toda la razón en que si esa fruta se acaba pudriendo que más dara quien la coja y la aproveche antes que se pudra....
Un relato magnifico, increíble ese toque de CIENCIA FICCIÓN sobre un español que madruga porque posee trabajo ( un toque más de genialidad maestro jajajaja).
¡ Un abrazo bien, bien gordo!

Obdulio de Oklahoma dijo...

Lo más de la cienciaficción, Don Calimero, es que no debería llegar a mi trabajo hasta 8´30, y sin embargo aterrizo a las 7'30 para conectarme a Internet.
¡Oh, ese "madricidio" me ha llegado al alma!, liga usted mejor que nadie el surrealismo y el esperpento.
¡Feliz Navidad, que ya estamos en Agosto!
¡Abrazos!
(Podría ser su padre pero ya ni lo intento porque mata usted a sus progenitores)

Jesús dijo...

Ni conontaciones racistas ni gaitas, los gitanos asolan los campos pratenses. Tal es así que los "payeses" tienen vigilancia privada. Un desgraciado que va dando vueltas con un todoterreno por los campos del Delta del Llobregat.
A la rica alcahofa gratis total.

Obdulio de Oklahoma dijo...

Pues yo creía que los gitanos picaban más alto. En Madrid acaban de detener a un clan de gitanos rumanos que desvalijaba viviendas, (la fuerza de choque eran críos y mujeres)y la poli se ha quedado estupefacta al descubrir yakuzis y otros lujos en sus chabolas. Tan sólo hablo "de oídas", lo he oído al vuelo esta mañana en la radio.
¡Abrazos!

NEKA dijo...

Otra vez se ha vuelto al asalto del huerto y las gallinas de la vecina.
Yo tampoco diría nada, a un señor que coge un poco de verdura para alimentar a la familía. Hasta alguna vez he pensado asaltar la huerta que queda cerca del río y que planta un señor por aburrimiento y deja pudrir luego en el suelo las verduras, y le juro que es verdad. Un día he pasado y estaba allí, quitando unas coles ya salidas y sin poder aprovechar nada. Una vez también vi a la policia local, hablando con una señora, no me quedé mucho rato pero por lo que pude ver, la llamaban la atención por entrar sin persmiso, tenía unas lechugas en la mano.
Me viene esto a la cabeza leyendo su post de hoy, al igual que aguantamos verdaderos chorizos y siguen como si nada, pues por mi ni mu si veo a otra señora con una lechuga y unos tomates en mano.
Veo que algunos volveremos al pueblo de los padres, comprando una vaca y ovejas con el paro, y plantando de nuevo los huertos.
No sería mala idea, igual hasta me lo planteo fijese.
Cuando viajo, me fijo mucho en el campo, y soy de las que ha parado y ha llenado la bolsa de manzanas,caidas en buen estado o a punto de caer olvidadas. Pues para que se pudran mejor me las como yo.
Cuanta razón lleva amigo hoy.
Besos de frutas del bosque

Alfonso dijo...

Robaperas, robagallinas, pedigüeños, pordioseros, quinquis, asaltacorrales, revientahoyas, recojecolillas, hojalateros, titiriteros de la legua, peliculeros, colaos (los que se colaban en las bodas), arrimaos (a cualquier celebración), vareadores de la borra, mieleros, rebuscaores, mercachifles, mendicantes, soplagaitas(músicos de poca enjundia), feriantes de cacharritos y algunos más de los que ya no me acuerdo formaban parte de ese ejército del submundo de la postguerra que subsistía, aparte de trabajos esporádicos y ocasionales en algunos, de trampeteos varios y de afanar lo que podían por huertos y corrales.

No me extraña que alguna gente intente sacar provecho de lo que, como bien se ha dicho, acaba pudriéndose, pues la situación de muchas familias debe de ser desesperante. Incluso, añado, que los ayuntamientos, dada las circunstancias, deberían de potenciar de manera ordenada la creación de huertos en terrenos municipales para ir paliando en lo posible el drama de la falta ya de lo básico en tantas familias. Pienso que es una idea no del todo descabellada, como recurso temporal a la situación de crisis que estamos viviendo. Todo es posible con voluntad, orden y concierto, que decían los antiguos.

Abrazos.

Obdulio de Oklahoma dijo...

Muchísima fruta se pudre en Murcia, Doña Anita. Esta es tierra frutera y de tomates, pimientos, etc. Pues ayer escuché en la radio la de frutas y hortalizas que llegan de otros países. Está muy mal estructurado todo y el que paga el pato es el agricultor.
¡Besos con aromas de la Huerta!

En las primeras líneas de su comentario me recuerda usted a Cela, excelente relación de "oficios especiales".
Pues sí, es una verdadera lástima que una gran cantidad de frutas y verduras sean para tirar, y que en la dieta de muchos niños no esté la fruta.
¡Abrazos!

Alfonso dijo...

Aun olvidé los de tragaldabas, pinchauvas, follapavas, trujamán, arreglaparagüas, charlatán, baratero... y paro. Así es Don Ondulio. Eran "la honra y prez" de la España franquista. Una gran fauna humana moteada y clasificada de manera escrupulosa por las mentes bienpensantes de entonces.

La especulación de la llamada "economía libre de mercado" siempre ha sido insolidaria. Semejante cualidad humana no entra en sus intereses más inmediatos, ni siquiera lejanos. Por eso,a veces, estoy de acuerdo con un cierto intervencionismo estatal, para poner freno a tanto despropósito. Pero parece que va aser que no...

Saludos afectuosos,

Obdulio de Oklahoma dijo...

Y naturalmente todos esos peculiares personajes eran "rojos" o "rojos de mierda". El insulto "pinchauvas" se sigue aplicando al torero que mata mal, osea, a ese que acentúa en grado superlativo la tortura habitual del pobre bicho. Lo de "trujaman" será antiguo, pero podría dársele hoy un nuevo significado en línea con los superhéroes americanos: TrujaMan, "el hombre cigarrillo", teniendo en cuenta que "truja" es una palabra de jerga marginal que significa pitillo o cigarrillo.
¡Abrazos, Don Alfonso!