miércoles, 17 de agosto de 2011

Oh, benditas mujeres!

La Iglesia Católica siempre ha tratado a la mujer como a un estropajo. Hubo un tiempo en el que negaban que sus madres y hermanas tuviesen alma; también discutieron sobre el sexo de los ángeles, quizá para ponerse de acuerdo en quitarle la posibilidad de ser ángel a un ser impuro y malvado como es la mujer; a las brujas las buscaron hasta debajo de las piernas para quemarlas en la hoguera; a las monjas no las permiten ascender de categoría, no pueden llegar a sacerdotisas, obispas, cardenalas y, mucho menos, papisas; y durante el franquismo apoyaron al regimen infame en lo tocante a "la mujer en casa y con la pata quebrada" Sin embargo, bien que las han utilizado para promocionar su chiringuito, haciéndolas portadoras de elocuentes nombres que son referencias directas al montaje bimilenario de Roma: Asunción, Concepción, Purificación, Martirio, Rosario, Trinidad, Virtudes, Sagrario, Belén, Luz Divina, Milagros, Caridad, Inmaculada, Natividad, Salvadora, Sacramento, Conversión, Gloria, Anunciación, Visitación, María Auxiliadora, Adoración, Cristiana, Virgen, Alma, Angela, Santa, Angélica, Pia, Casta... ...
Las han convertido en "mujeres anuncio" para mayor esplendor de su tinglado fantástico.

4 comentarios:

Jesús dijo...

Una serie de nombres horribles si bien te fijas.

Obdulio de Oklahoma dijo...

Me fijo, me fijo...

calimeroesmalo dijo...

La verdad que los nombres se las traen pero para nombre de monja sigo prefieriendo " Sor Virtudes mal encontradas"
¡ Un abracete!

Obdulio de Oklahoma dijo...

Tampoco está mal "Sor Chochonia de la Divina Regla"