El autobús sale con ¡media hora! de retraso. A las 13'3o nos hacemos a la ruta. En el asiento de atrás tengo niños bulliciosos. Las pedorras de los asientos de delante hacen uso de ese formidable mecanismo que permite impulsar los respaldos de los asientos hacia atrás. Dispongo de escasos centímetros para extender el periódico.
Retención de tráfico nada más tomar la autovía. Nos ponen un video que pregona las excelencias de viajar en "clase supra" Uno de los niños de atrás me da pataditas en el asiento a la vez que grita y canturrea. Les digo a las hijas de puta de delante que voy prensado, que hagan el favor de poner los respaldos en su posición inicial (Las comodonas no tienen asiento delante, hay una distancia respetable entre ellas y la cabina del váter) y me contestan que ellas han pagado billete y que "qué quiere que hagamos" Respondo que yo soy un polizón, que me he colado a un descuído del conductor. Un rato después murmura una de ellas: "Ni caso" Respondo: "Eso, además de incivismo, mala educación" Afortunadamente se callan, podría haberse liado una gorda.
Me voy al culo del autobús en donde he descubierto dos asientos libres. A la 1'55 salimos del atasco. Me llegan los lloros de un niño que no quiere dormirse. (Las compañías de autobuses no deberían quejarse de la emigración sudamericana. Este autobús iría casi vacío de no ser por estas buenas y ruidosas gentes. Pero me siento en el deber de aclarar que las que me han puteado con el asiento son españolas)
En la portada del periódico viene el Papa. Está disfrazado como siempre pero no con los disfraces que le pone Calimero. Reflexiono: Este hijo de puta no tiene mi problema, viaja en papamóvil y en aviones de lujo. A la señora que tengo a mi derecha, que curiosamente tampoco es sudamericana, la llaman por teléfono. Conversación típica de autobús, que "hemos salido con retraso" y que "me he comprado una empanadilla en la estación" Finalmente le pregunta a su interlocutora si ha visto a Carmina.
¡Qué gozada!, utilizo el váter para echar una de mis numerosas meaditas diarias. Ante una situación problemática - a veces no funcionan estos miniváteres autobuseros - me había traído un tarro de cristal que fue de garbanzos, pero ahora me pregunto yo cómo hubiese sacado la chorra con el autobús lleno.
La siguiente hora transcurre con tranquilidad. Me llega algún efluvio corporal de un jovencito que está una fila por delante mio al otro lado del pasillo. Dejamos Murcia atrás para adentrarnos en tierras de Albacete. El día está grisáceo. Apenas hay tráfico. Ya me he leído lo más interesante del periódico. Ya estoy hasta los cojones del autobús y sólo llevamos hora y media de viaje. ¡Jo, qué envidia me da esta gente, nadie va al váter!
En Albacete hace fresquete pero me apetece. Engullo mi bocata casero de salchichas y bebo la cocacola que me compré en Murcia. Los precios del complejo hostelero de La Roda son prohibitivos y por eso he sido previsor. Hace fresquete y un viento cabroncete, esto ya no es la primavera murciana. Alguna señora mayor observa atemorizada mi estrambótica imagen: pelo desordenado por el viento a pesar de la coleta, aro en la oreja, sudadera del grupo Ska-P, pirata gris y zapatillas verdes. "¡Que se nos escapa el colectivo", dice una señora sudamericana a sus retoños. Pues nada, todos al autobús otra vez. Pensamiento fatal: Como haga este tiempo en Avila, hoy tampoco vende pollos Anita.
Las filas anteriores a mi se convierten en improvisado comedero de frutos secos para adolescentes y niños sudamericanos. Un jovencito que viaja con su novia se entretiene un rato en espachurrar un vaso de plástico. Distraen a un niño con un patito de juguete que emite unos cuascuas muy raros. Los modernos molinos eólicos de La Mancha me hacen pensar en un Don Quijote en ciclomotor. Al puto pato no se le agotan las pilas. Esto es como los vuelos de low cost pero con las ventanas más grandes.
Un tímido sol pretende filtrarse entre las nubes cuando ya son las cinco de la tarde. Al cabo de unos quince minutos de relax vuelven a dar vida al pato incordio mecánico. Pueblos pequeños con tractorcillos maquinando en sus campos. Verdes y ocres en largas extensiones onduladas, moteadas de olivos. Caminillos rojizos serpenteantes. Unas ruinas de antañona casa o cobertizo.
¡Joder, ahora es una aventura ir al váter!... El pasillo está infestado de piernas de durmientes. En Albacete se bajo personal y ha quedado espacio para estirar las extremidades con pantalones. Despierto a varios durmientes y, al cabo de unos minutos que se me hacen larguísimos, logró alcanzar el meadero móvil. Los vaivenes de la gran carroza motorizada me obligan a mear en todas las direcciones. Imposible practicar puntería si quiero conservar el equilibrio. Circulamos por una zona de muchas curvas.
Las señoronas egoistas siguen repanchingadas. ¿A qué hijo de puta se le habrá ocurrido lo de los asientos abatibles en espacios mínimos?... En los aviones se da este mismo tipo de hijoputismo. Debe estar de moda.
Una extensión enorme de placas solares y están instalando más. Las nubes no dejan asomar del todo al sol pero se siente su efecto en el cristal de mi "51 ventana 52 pasillo" Un cementerio como una caja de zapatos blanca abierta, asomando de su interior hierbitas en punta, los cipreses. Pueblecitos con aire antiguo, fábricas e hileras de chalés adosados en los alrededores. Pueblecitos tuneados.
Ya asoma el sol entre un cielo azul y blanquecino. Es un sol de película de carretera. Más tráfico a medida que nos aproximamos a la Villa y Corte. Estas son tierras del Tajo. Abundan las Shell y las Repsol a cada lado de la autovía. "Fuentideueña de Tajo", un pueblo que me resulta agradable a la vista. En un montecillo cercano distingo las ruinas de un castillo.
¡Retención!... El ulular de una ambulancia despierta las conciencias de los volantistas y la permiten pasar. Durante unos momentos avanzamos raudamente pero enseguida volvemos a estancarnos. Arganda del Rey, ¡aún queda un cacho!... Ahora le da por gritar a uno de los niños. ¿Estaría sometido a esta presión Marco Polo?... Como nunca me he follado a Esperanza Aguirre, no espero que venga un helicóptero a rescatarme.
Al cabo de un siglo volvemos a movernos. Ya han pasado casi seis horas desde la hora oficial de salida. El reloj se acerca a las siete a más velocidad que el autobús a su destino. En avión ya habría llegado a Oriente Próximo, o me tocaba dormir esta noche en Elche como la otra vez. Allá por donde lo mires, bien que te joden. Y menos mal que, además de leer, me entretengo escribiendo, y esto hace que el tiempo pase un poco más rápido.
Ahora toca frenazos a mogollón. Nos acercamos a la estación a trompicones. El tráfico en Madrid es tan asqueroso como siempre. Llegamos a la estación amenizados por un nuevo concierto de berridos del niño.
El viaje de regreso fue más tranquilo. El autobús iba medio lleno. Nada que destacar salvo el inevitable coñazo de los móviles.
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11 comentarios:
He respondido a los comentarios en el post de abajo. ¡Bienhallados, buenas gentes!
¡Hola, Piconera!
Pues el negocio de las velas ya les funciona hace tiempo, y a veces resulta abusivo. En la catedral de Murcia destaca por su belleza artística la llamada "Capilla de los Velez" Para verla mejor hay que introducir una moneda de euro y se ilumina la capilla en toda su extensión (es muy grande). Luz eléctrica a raudales como equivalente de las tradicionales velas. Pero ahora viene lo bueno, el rato de iluminación no dura nada, es precisamente eso: un ratillo. Pérez Reverte lo comentó una vez en su columna. Por cierto, ¿cómo va el libro? A mí todavía no me han llamado, debe ser que el que lo está leyendo aún no lo ha devuelto.
¡Besos!
Juas, juas, desde luego tendrías un futuro como escritor de libros de viajes. Espero que alguna editorial lea esto y te financie la vuelta al mundo...e autobus, claro.
A ver si se te ocurre algo para el concurso de minirelatos
JAJAJA Obdulio que viaje mas ameno y divertido, te he imaginado intentando atinar en la taza el water con los vaivenes de las curvas jajajja, no hay quien mee en autobuses,ni haciendo pulso atinas sin tener pilila ajjajaj.
Cuando llego a la parte de las señoras comodonas, me viene a la mente que yo hubiera liado una buena, le aseguro que como siempre llevo un rollo de celo en el bolso, me hubiera pasado un buen rato, cortando tiras y poniendoselas en el pelo jajajjaja.
Siempre hay un niño coñazo, la del movil y el que huele a tigre etc etc etc. Están por todas partes.
Me alegra verle sano al menos.
Le apunto dos pollos por su dedicación, y además con guarnición de patatas fritas ea.
Besos privamerales
¡ Menudo viajecillo más movido!
Desde luego sus aventuras en el bus no tienen nada que envidiar a las de INDIANA JONES, solo que en las del arqueologo no salen extranjeros chillones ( bueno, hay negros en taparrabos que lanzan flechas) ni conciudadanos patrios que hacen del viaje una pesadilla ( allí lo sumo era luchar contra nazis).
Me ha gustado el relato, que no el viaje porque imaginarme pasar casi 7 horas así se me torna en pesadilla o indigestión.
¡ Efusivo abrazo OBDULIO y bienvenido!
Pues menos mal que vivimos en estos tiempos, que quieras que no los adelantos técnicos facilitan comodidades que en otra época no se tenían. Porque ese mismo viajecito hace 40 años, por razones obvias, hubiese multiplicado por diez la ristra de anécdotas que podrían darse.
No obstante, el personal no varía. Ese detalle del comportamiento humano es inamovible, se lleva en los genes y tan cazurro podía ser el abuelo que viajaba en burro, como el nieto que lo hace en un coche deportivo. Y a esos, pese a la técnica, nos los encontramos permanentemente en todos los lugares y situaciones.
Bienvenido de nuevo y gracias por su "Viaje a la Alcarria" particular.
Abrazos, Don Obdulio.
Buenas noches, Obdulio
¡Menuda odisea¡para las señoras egoistas hay una solucion, se clavan las rodillas en el respaldo de delante, es infalible, a mi se me ha dado el caso, cuando te piden por favor que molestas le dices que ellas a ti tambien y te estas aguantando.
me he reido mucho con el post,a ti no te habra hecho ninguna gracia hacer semejante viajecito pero narrado suena divertido.
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Obdulio ya tengo blog para que puedas dejar comentario.
El libro me tiene sumergida en una investigacion........ hasta ahi puedo leer.
http://cinicoterapia.blogspot.com/
¡Así es el humor, Piconera!... Sacamos punta de las situaciones aciagas para entretener al personal. No me pilló desprevenido, ya he hecho este viaje muchas veces y me esperaba algo parecido, la putada es que mi presupuesto no llegaba para el tren (Ida y vuelta en bus: 50; ida y vuelta en tren: 86) Lo de clavar las rodillas en el respaldo del agresor/a es una buena idea. Tomo nota para otra vez.
Enseguida me voy a visitar su nuevo blog. ¡Enhorabuena por el estreno!... ¡Besos!
Tiene usted razón, Don Alfonso, las nuevas tecnologías, y por ende los nuevos medios de transporte, no han acabado con los animalejos humanos molestadores.
Naturalmente que los viejos tiempos brindaron viajes más incómodos, angustiosos e incluso terribles. Los peregrinos jacobeos, por ejemplo, las pasaban putas en determinados lugares de la ruta, sobre todo en los burgaleses Montes de Oca, donde estaban a merced los bandoleros y de los lobos. Leí hace tiempo, que me encantó, El Buscón, de Quevedo, y hay que ver la cantidad de peripecias que le ocurren al protagonista entre Alcalá de Henares y Madrid. Y hoy es un "simple trayecto" de autovía que se cubre en veinte minutos.
¡Abrazos!
Pues no, Don Calimero, no había negros en taparrabos. En el viaje de vuelta se subieron dos en Albacete pero iban correctamente vestidos.
¡Seis horas de Murcia a Madrid en el siglo XXI!... y hay que tragar porque es lo más barato.
¡Abrazos!
¡Joder, Anita, ¿me invita a dos pollos en serio?!... Al final me voy a Avila aunque pase otra jornada desdichada en carretera. Ya me llega el olorcillo arrebatador del pollo asado... ¡Uuuuummmm...!
Amigo o amiga UHF, ya decliné cortesmente la invitación para participar en el concurso de relatos de Jesús, no sé si te referirás al mismo. Es que tengo por norma, desde que empecé con esto de los blogs, a no concursar en nada ni recibir ni dar premios. La vida me ha hecho anticompetitivo. A lo mejor si hubiese logrado alguna meta en la vida, hoy seguiría compitiendo, pero vistas las cosas no quiero competir en nada.
De todas formas, mil gracias por tu buena voluntad en invitarme.
¡Buenos días, Don Jesús!
Las editoriales ni leen los blogs ni leen los manuscritos que se les envían. ¡A ver si con los libros electrónicos, bien pirateados por supuesto, las joden bien jodidas!
¡Abrazos!
Los últimos viajes que hice en autobus fueron siempre de noche. Ya sabes, a las 00.05 horas sale el último autobús para la playa. Siempre es tranquilo y puedo dar una cabezada aunque el viaje se hace eterno y es incomodísimo. Esa estación de la que hablas de la Roda es muy desagradable, además carísima y hace siempre un frío de cojones (ya sabes que de noche pega fuerte el viento por esa zona) Yo sigo prefiriendo Casa Juanito y esos miguelitos tan buenos que venden. Besos. Espero que tu estancia en Madrid haya sido provechosa y que lo hayas pasado muy bien. Además no ha hecho mal tiempo en semena santa.
Saludos de mis puercos que le echan de menos a usted¡
No fui en Semana Santa, ilustre porquera. Hubo una mañanita desapacible temprano pero luego mejoró.
Pues sí, en carretera hay que estar pertrechado de viandas y refrescos, porque en esos lugares donde paran los autobuses te atracan a basa de bien.
¡Besos a toda la cuadra pocina!... Y a usted, por supuesto.
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