jueves, 10 de septiembre de 2009

Híbridos

Berlusconi es un regalo de Dios para Italia. Dios es un joderete, (expresión de mi pueblo que equivale a cachondo) pone en el poder a gente la que debería poner en los circos. Berlusconi es un híbrido entre Benito Mussolini y Jesús Gil y Gil. Chochea, su senilidad le hace ser torpemente procaz. Gil y Gil fue el regalo que Dios le hizo a Marbella y al Atlético de Madrid. A Gil no se le conocen aventuras extramatrimoniales, prefería comer vorazmente. Gil era un híbrido de Sancho Panza y el Oso Yogui, dos seres fantásticos aficionados a la buena mesa. Berlusconi se merece un detalle, que le pongan una bomba en el culo y salte por los aires en miles de pedazitos machistas. Benedictus XVI es otro regalo de Dios. Don Benedictus viajará a Valencia el año que viene a gastos pagados, e incluso le harán regalos los amiguitos del alma. No se los harán los apóstatas miserables porque estos no tienen alma. El señor papa es un híbrido de Freddy Kruger y el monstruo de la galleta. Tampoco a Don Benedictus se le conocen relaciones sexuales. Hoy es el aniversario no sé cuantos del 11-S, un regalo de Alá a sus fieles más fieles. Posiblemente lo celebren con una matanza de soldados de la OTAN en Afganistán, un país en donde puso su trono el amor a los derechos humanos en forma de contingente bélico internacional para matar talibanes hijoputas. Don Benedictus condenará una vez más el preservativo. El maléfico condón es un regalo del Demonio a los lujuriosos que se condenarán el fuego eterno. El Demonio es un híbrido de Dios y José María Aznar, pero Don Benedictus lo ignora. ¿Es Don Benedictus el Anticristo en papamóvil o la hostia en bicicleta?... Hugo Chávez es un híbrido de un negrito zumbón que canta alegre el bayón e Idi Amín Dadá. Tampoco tiene alma ni falta que le hace.

7 comentarios:

El gramático pardo dijo...

Vaya,vaya, como se ha levantado usted de torero esta mañana. Ja jaaajjjajjjj.
Al que tenían que hacerle un estudio es a Berlusconi: yo creo que este elemento guarda algún secreto debajo de la cartera o de la bragueta.

Jesús dijo...

¿Por que será que los dirigentes mundiales, lideres de la cosa, suelen ser mas raros que nosotros mismos?

Obdulio de Oklahoma dijo...

Jesús, podríamos enfocarlo de otra manera: somos nosotros mismos que enrarecemos al llegar al poder. No sé si es una buena teoría, pero cuentan de gente que era muy normalita antes de alcanzar un puesto en el Olimpo.

Señor Gramático, el posible secreto que guarde bajo la bragueta, a estas alturas ya funcionará con viagra, digo yo.
Pues anda el gobierno azoradísimo por el papelón que les tocó.

¡Abrazos!

Alfonso dijo...

Este mediodía, mientras daba cuenta de la media docena de sardinas en escabeche que un servidor preparó el día anterior, y que no es porque lo diga yo, pero a base de usar la cocina como si de un laboratorio se tratara, he conseguido aproximarme a la fórmula culinaria que mi abuela utilizaba en la confección de adobo tan exquisito como es el escabeche. Decía, que mientras la media docena de sardinas, compradas en el Mercado de la Boquería de Barcelona, donde se venden las mejores sardinas del mundo, deleitaban mi paladar y me hacían toser levemente porque alguna espina cabrona trataba de ensartar mi campanilla, veía las "noticias" por televisión y quedeme arrobado de tanto amor patrio y tanto acto social conmovedor hasta el estremecimiento. El primer reportaje nos presentaba a los principesos de Ejpaña, acompañando a su hijita la in-Fanta Doña no me acuerdo, en su primer día de guardería. Y pensé: ¿Hoy, viernes, su primer día de guardería, vaya padres más cabrones, se podrían haber esperado ya al lunes, y ahorrarle a la menuda in-Fanta disgusto tan desmedido?...

La presentadora, hablaba de aquello como si de una heroicidad se tratase, que la niña fuera una participante más en tan rutinario y cotidiano acto. Y la llevaran, como cualquier españolito/a al uso, a una guardería entre tantas. Y ni lloraba, ni nada, toda ella comportándose como una mujercita... ¡Los cojones y un palito!... La guardería no sale del recinto de la casa real, porque es la que pertenece a los vástagos de la guardia real, y la niña, digo la in-Fanta, tiene que tener ya el culo pelao de estar por allí. Todo un fraude informativo, como podréis comprender.

La otra noticia conmovedora es la celebración de la Diada Nacional de Catalunya. Con su estatua de Casanovas, sus ofrendas florales, sus pitidos y abucheos de cada año a todos los ofrendistas, sean de la tribu que sean, los socialistas cantando Els Segadors con el capullo en la mano, los convergentes, convergiendo, los independentistas, independizando, y, en fin, todo muy folklórico y con molta empenta, molt de casa nostra.

Pero ante tanta idealización siempre se impone la indecente realidad, como eran las cientos de trabajadores de la Nissan que cual nube de moscas cojoneras fueron a deslucir el acto, reividicando la tontería de que tienen la manía de comer a diario y con la falta de curro igual se les complica ese vicio.

Ya os digo, quedé tan arrebatado de patrióticas pasiones que, en un acto de soberbia necedad, los mandé a todos a tomar por culo, apagué la tele con el mando embadurnado de perfúmenes escabechados y me eché media docena de sardinas más en el plato. Aun se me repiten, pero no me arrepiento.

Obdulio de Oklahoma dijo...

¡Oh, Don Alfonso del alma, sea usted siempre bien recibido en esta su casa! (Y en lo "del alma" no hay ninguna connotación gurteliana)
La manía de comer está muy extendida entre las clases menos favorecidas, ¡qué pesadez, ¿verdad?!... La gente de bien no piensa en esas vulgaridades, como los "comensales" de El fantasma de la libertad de Buñuel, que se encerraban en el váter para que nadie les viese en el acto íntimo y cochino de comer.
Yo nunca he visto a las infantas comiendo, ni siquiera se las ve con un chpachups en la mano cuando posan para los fotográgos. Pues por eso, porque es de mala educación, es un acto fisiológico y como tal hay que hacerlo en la más estricta intimidad. Fíjese usted si un día nos mostrasen imágenes de Benedictus XVI cagando, y ya no lo digo haciendo esfuerzos por el estreñimiento con ese semblante arcangélico que Dios le ha dado. Pues eso es como ver a Berlusconi comiéndose un chocho, ¡oh, un ancianete verde creyendo que hace feliz a una velina!, ¡qué impudicia!... A mí sólo me gustaría ver comiendo a María Teresa Fernández de la Vega. ¡Vaya, diría para mis adentros, esta mujer ya no se nos muere de desnutrición, qué bien!...
Y ahora hablando en serio:
Siento el olor de unas sardinas asadas, Don Alfonso!, ¡huuummm..., qué ricas!, ¡Santurce, el Hogar del Pescador!, ¡Castro Urdiales!, ¡Santoña!...
¡Feliz fin de semana, que lo disfrute!

El gramático pardo dijo...

Don Obdulio: le pediría, por favor, que no le entre al trapo al anónimo. Saludos y a pasar buen fin de semana.

Obdulio de Oklahoma dijo...

Perdone usted que discrepe, señor Gramático Pardo.
Entro en son de paz, entré en son de paz y entraré en son de paz... en su blog y en el de cualquiera. Mis comentarios giran en torno al post que usted ha escrito, pero si el mongolín de turno vuelve a atacar, hay dos posibilidades:
a) usted suprime el comentario en el que se me ataca.
b)yo me permito responder al cenutrio, y tengo artillería de sobra hasta aburrirle, he acumulado mucha experiencia en anónimos tras años de internet.
Elija usted cual de las dos opciones prefiere; yo, desde luego, no voy a quedarme impasible si se me pone a parir, y más sin ser yo el provocador.
Creo que mi posición es bastante razonable, pero si usted persiste en que me calle ante las descalificaciones, deme por despedido de su blog. A fin de cuentas usted es el que manda en su casa.
¡Saludos cordiales!