¡Precaución, amigo conductor, el radar es peligroso!

Ayer, en mi viaje furgonetero a Cartagena ida y vuelta a 110 kms/h, me adelantaban todos los coches.
Es difícil mantener los 110 kms/h continuamente. Hubo momentos en que iba a 9o y otros a 120. Los que me adelantaban, tampoco iban "disparados", calculo que rodarían entre los 120 y los 130, y quizá alguno llegase a los 140, pero los menos.
Así que la ley se cumple a regañadientes, pisando "un pelín más" el acelerador para no ser sumisos del todo, como los que fuman fuera del bar pero no lo hacen completamente fuera, se quedan en la puerta y dan muchas caladas al cigarrillo dentro del establecimiento. Sucede lo mismo en la cocina del centro en el que trabajo. Somos como niños.



Terremoto

Terremoto, tsunami... Vuelven a sonar las palabras más terribles, y es que la Naturaleza es terrible, de vez en cuando se le calienta la cabeza, se le cruzan los cables, se le revuelven las tripas, tiembla, cruje, rechina, hace que se tambaleen o caigan los edificios más altos y rompe carreteras y vías férreas, provoca olas de diez metros que aterrorizan y matan a lo largo de miles de kilómetros de costas...
Esta vez el azote ha sido en Japón. Nos cuentan que los japoneses están mejor preparados que los haitianos para afrontar estas catástrofes. Han sido muchos menos miles de muertos que en Haiti. Menos mal. Se calcula que pueden llegar a setecientos y pico los muertos. Puede que pronto se registre una cifra parecida en Libia, ¡y sin terremoto, que tiene más mérito!