martes, 29 de septiembre de 2009

Caca de la vaca de la abundancia

Los aztecas consideraban el oro "el excremento de los dioses" Me recuerda lo de la oligarquía vasca y el champán, "agua del Nervión" lo llamaban. Los dioses de los aztecas eran al parecer muy cagones, pero cagaban oro de verdad, no "oro del que cagó el moro"
Los ricachones se vuelven fatuos y prepotentes al referirse a sus riquezas; presumen malfingiendo no presumir: "Pues yo salgo de paseo los domingos en la burra", dice uno en alusión a su harley davidson; "Nosotros nos vamos los fines de semana a la choza que tenemos en Mallorca", se explicotea otro "sin darle ninguna importancia" a su pedazo chalet de 14 habitaciones, piscina, cancha de tenis, observatorio astronómico y otras menudencias de chichinabo.
Usted y yo, amigo bloguero, somos unos pobres parias de la tierra, en pie famélica legión, porque los dioses no se han dignado ni a tirarnos un pedo pequeñito, no nos han envanecido con la feliz oportunidad de oler el oro aunque sea mínimamente. Nosotros sólo tenemos acceso a la mierda auténtica, la gran cagada de la precariedad, y como mucho se nos permite alguna lluvia dorada de vez en cuando, ya sea de chica de oro o de nuestra legítima si está por labor.

7 comentarios:

NEKA dijo...

JEJE yo estoy convencida de todos cagamos mierda olorosa. El oro uffff de lejos.
Yo tengo una burra, en el pueblo está muy viejita y la cuidan mis tíos, ya no la montamos y es blanca y gris.
Tengo un chalete, en el pueblo, casa de dos plantas con una de tres habitaciones que era el sobrao de antes, vamos el trastero para entendernos, forrado el suelo de sintasol y somieres con patas. Y el techo con madera fina de chapa para que no caigan arañas.
El suelo de piedra y vigas verdes.
No tiene calefacción, una chimenea vieja que casi no tira, braseros de cisco para el invierno.
Al lado el jardín, donde hay patatas y ajos y pimientos y un pozo, y una piscina de quita y pon que este año se ha pinchao.
Na poca cosa, y soy ricaaaaaaa. Nos la dejó mi abuelo y entramos todos.
Le dije yo una vez a uno que se tenía por pudiente. Eres tan pobre que solo tienes dinero.
La lluvia dorada en el wc jajajajj.
Un abrazo

Obdulio de Oklahoma dijo...

¡Hola, Anita!... Nuevamente bienvenida, me acabo de leer todos tus comentarios, ¡eres infatigable!... Pues no veas lo que me jode que me salga eso de "error en la página" Lo seguiré intentando y de lo contrario entro como anónimo. Ya me ha pasado con algún blog más.
La lluvia dorada... ¡gustando, en cualquier parte!

Obdulio de Oklahoma dijo...

Me acabo de pasar por todos tus comentarios y te he dejado algo escrito al pie de cada uno. ¡Gracias por esta gran visita sorpresa!
Ahora ya no tengo tiempo, mañana volveré a intentar la "aventura" en tu blog.
¡Muchos besos!

murron dijo...

Pues si, majete si, nosotros tenemos bastante con oler nuestra propia mierda, claro que prefiero el olor de la mierda al tufo infecto que derrochan todos esos ricachones de mierda que basan sus riquezas en la explotación de asalariados precarios, de explotaciones de minas en paises del Africa o en cobrar comisiones extratosféricas a pobres incautos endeudados por una hipoteca de mierda. Y esa mierda no es que huela, es que mata.
En fin, serafín, esto es la vida de mierda que nos ha tocado vivir. Eso si, te sientas en un risco, te bebes una lata de cerveza fresquita y te sientes como dios. Al menos sabes que no has pisoteado a nadie. Besos buen hombre

Obdulio de Oklahoma dijo...

Totalmente de acuerdo, incisiva murron, pero yo no soy un serafín ni tengo propiedades seráficas.
¡Buenos días luminosos de sol murciano!

calimeroesmalo dijo...

Pos weno, siempre nos quedará la salud ( en mi caso ni eso cagüen las putas de Jericho).
Al menos tenemos el Euromillón. Y de mierda ( el oro de los pobres) tamos rodeados por todas partes porque lo que es el otro ni olerlo.
¡ Un abrazo Obdulio!

Obdulio de Oklahoma dijo...

Dentro de poco llega Diciembre con su sempiterno sorteo del Gordo, y todos volveremos a reafirmarnos en nuestra salud de hierro. ¿He dicho "todos"?... Perdón, aquí la putada es que muchísimos son los desgraciados en economía y en salud. ¡Perra vida, cagüen...!
¡Abrazos efusivos, mister Cali!