domingo, 20 de septiembre de 2009

Economía real

Msuati II suena a modelo de coche japonés o a nuevo ingenio informático. Pero no, se trata sencillamente del rey de Suazilandia. Seguro que la mayoría de la minoría que me está leyendo no ha oído nunca hablar de Msuati II ni de Suazilandia. Pues yo tampoco hasta ahora.

Vamos a aprender un poquito para hacer buena la máxima de que cada día se aprende algo nuevo: Suazilandia es un país minúsculo de África que tiene la tasa de infección de sida más alta del mundo. El 70% de la población "aguanta" con menos de un euro al día y es delito criticar al rey. El señor Msuati II luce taparrabos y pieles de leopardo, pero vive rodeado de lujos y riquezas, y cuenta con trece esposas para él solito. Cinco de las trece esposas del reyezuelo se van de compras cada dos por tres al Reino Unido, Francia, Dubai y Taiwan, en donde tienen a bien gastarse unos cuantos milloncetes, como supondrán a cargo del erario público de su país, de su minúsculo y atormentado país por la gracia de la hambruna y el sida.

La desdichada Suazilandia recibe ayudas, mayoritariamente de Gran Bretaña y los Estados Unidos, que suman unos 280 millones de euros anuales, el dinerillo que se gastan las esposas del rumboso tiranuelo cuando van de compras al extranjero, y el pastón da para chucherías muy caras.

¡Hala, para que luego digan de los Borbones!...
Voto por la república en Suazilandia, Don Jesús.

8 comentarios:

Obdulio de Oklahoma dijo...

He respondido en el post de abajo a los comentaristas.
¡Que todo vaya bien en la semana que empieza!
¡Abrazos!

calimeroesmalo dijo...

¡ Joder con Mitsubitsi 2º !
¡ Y el tio no tiene ni pa unos pantalones que se pasa el día en taparrabos el jodio!
¡ Ahora el serio, lo jodido del tema es que mientras el menda vive a " cuerpo de rey" ( juas juas que gracioso!!!) sus discípulos se mueren en la hambruna y misería mas miserable.
( Aunque bien mirado.....Es lo que vienen a hacer todos ¿ No?.....Casi que mejor me salgo del tema jajajaja)
¡¡¡¡ Un abracete Obdulio¡¡¡¡¡¡

Jesús dijo...

Amanecer zulu, que aprenda Juan Carlos, a ver si invita a su colega a la Zarzuela.
Esta claro porque el aparheit duró tanto tienpo.

Obdulio de Oklahoma dijo...

¡Jo, que capadora se nos muestra hoy, murron!

Eso sería todo un acontecimiento para la prensa, Don Jesús. Y de paso podrían hacer que coincidiese con la Conferencia Episcopal en pleno. Ya estoy viendo los titulares: "Hechiceros de diversas tribus se reunen en La Zarzuela para cumplimentar al monarca al español" Y todos pedirían dinerito, por supuesto.

En este caso es "a cuerpo serrano de rey", Don Calimero. Por esas latitudes hay temperaturas muy altas, claro que también abundan los mosquitos y todo tipo de bichos incordiantes, pero supongo que las señoras cuando van de compras al extranjero se traerán también insecticidas, repelentes de mosquitos y mosquiteras.

¡Abrazos!

Alfonso dijo...

Indecencia en estado puro.

No por el sátrapa de turno y su desprecio por aquellos que son, más que nunca, sus súbditos, a fin de cuentas este hijo de puta está en su papel y es fiel estómago acradecido, sino por las "potencias occidentales" que le prestan su apoyo y subvencionan sus caprichos, cambiando sida por no se sabe qué beneficios económicos.

Mussolini acabó colgado de los pies, boca abajo, en un gancho de carne. A este reyezuelo de mierda tendrían que darle por el culo todos los sidosos de su país y después abandonarlo en la selva.

Obdulio de Oklahoma dijo...

¡Uf, que fuerte se me pone, Don Alfonso!..., pero lo entiendo. África es un hervidero de reyezuelos y matanzas continuas, y algo, o mucho, tiene que ver Occidente, por supuesto.

NEKA dijo...

Estas noticias son las que me hacen pensar ¿porque siguen las ayudas?
Hay algún interés en enviar ese dinero que luego lucen sus señoras en bragas de 200€ si las usan claro.
Pues mira que es la primera vez que oigo hablar del señor del taparrabos.

Me voy a callar lo que pienso.
Un abrazo

Obdulio de Oklahoma dijo...

Pues sí, existe, es un país pequeño como el Vaticano y principesco como Mónaco.
¡Besos, Anita!