miércoles, 30 de septiembre de 2009

Chinitos rellenos

Aunque parezca increible, hubo un tiempo en el que no existían el fútbol ni la televisión. Y lo más increible es que ese tiempo está muy cercano en el tiempo. Tampoco existían la cocacola, el teléfono, el cine, el ferrocarril, la fregona, el papel higiénico, el sujetador, la luz eléctrica, Sara Montiel, el GPS, la viagra...
Era muy dura la vida en un mundo de ancianitos sin viagra y niños sin bollería industrial y videojuegos. Los niños y los ancianos tienen que ser muy felices mientras duran su niñez y su ancianidad.
Los niños chinitos pasaban mucho hambre en otro tiempo. Ahora están cebados como cochinitos: "La obesidad infantil crece de manera alarmante en China" Niños chinos en formato estadounidense. Dicen que desde 1.985 hasta 2.000 la cifra de niños chinos con sobrepeso se ha multiplicado por cuatro. Lo atribuyen a la proliferación de establecimientos de comida rápida, un tipo de establecimientos que tampoco existían antes.
Un anciano chino de 78 años se ha llevado la terrible sorpresa de que los 2.000 yuanes (moneda china) que guardaba bajo su cama, se los habían comido los insectos. Y es que estos bichillos devoradores también son aficionados a la comida rápida. Cómo se iba a imaginar el abuelillo chino que el dinero da la felicidad a los insectos de una manera tan directa.
Hubo un tiempo que no te enterabas de estas cosas porque no existían las agencias de prensa, la televisión, el fax, internet, facebook...
¿Cuando leeremos la noticia de que todos los niños del tercer mundo sufren sobrepeso?... La comida basura es la gran alternativa al hambre en los paises pobres, pero la gran putada es que no hay para todos. Hay armas, las armas siempre han existido, pero ahora matan mejor. También matan de hambre a los niños.

9 comentarios:

NEKA dijo...

Y ese tiempo no debió ser tan malo sin esas cosas, los niños sabían jugar, si no se empina la mujer tranquila jaj, se limpiaban con hiervas el culete, agua que es muuu sana y vino de cosecha, el bollo de la abuela, sin aditivos ni conservantes. La obesidad infantil,cuanto se oye ahora de ello,gorditos gracias a las facilidades que nos ponen al alcance de todos comidas rápidas pre cocinadas que corrompen la salud pero que fácil es leñe.
Y los que antes estaban flaquitos y hambrientos ahora sucumben a los peligros de la modernidad.
La modernidad. Yo también desearía leer que los niños del tercer mundo ganan peso porque comen. Bien dices para unos sitios llega para otros no. Menos armas y mas dinero para alimentar a los niños que pasan hambre. Un cruda realidad, a unos le sobran kilos y otros ni fuerza para masticar.
Un abrazo Obdulio

salustiana dijo...

Querido Obdulio, en China se atiborran de hamburguesas de plástico y en Africa no tienen ni siquiera un trozo de plástico que llevarse a la boca, mientras aquí, un hijoputa se prejubila a los 55 años ganando tanto dinero que da vértigo pensarlo. Yo me traería a todoos esos niños aquí, a Bollullos, y les daría jamón de jabugo,q ue no es de plástico ni causa obesidad. Y sería feliz viendo sus sonrisas y sus estómagos llenos, pero yo soy una pobre porquera y los que tienen la sartén por el mango una panda de hijos de puta. Besos de mis puercos que lo adoran a usted

Obdulio de Oklahoma dijo...

Antes la mortalidad infatil era mayor en Europa, hubo un tiempo en el que eran muchos más los niños que morían que los que sobrevivían. Y eso sigue ocurriendo en el tercer mundo. Triste y bochornoso.
Anita, lo que me ha ocurrido hoy en tu blog es algo ininteligible para mí. Siempre que me ha salido eso de "error en la página" en otros blogs, no me ha colgado el comentario, y sin embargo en tu blog si ha salido, ¡se ha dado el "milagro"!

Tiene usted toda la razón, Doña Salustiana, el mundo está asquerosamente repartido. A lo mejor los científicos aciertan y se pueden "fabricar" animalitos en serie y a precios bajísimos para enviar a los paises más pobres. Lo malo es que se interpongan los hijos de puta diciendo que mientras estén en guerra no se alimenta a la población.

¡Besos!

calimeroesmalo dijo...

Obdulio que ciertas tus palabras.
Y como dice Anita es curioso que en una parte unos niños se pongan ceporros de comer y en otras no tengan ni fuerza para masticar.
¡ Manda huevos!
Entiendo a Salustiana, uno siempre quiere hacer más de lo que puede pero es que al final nos quejamos y nos quedamos con las ganas porque ni hacemos nada ni los que deberian hacerlo mueven un dedo.
Y el señor del colchon jajajaja lo siento por él pero es cojonudo, toda la vida ahorrando el dinerito y el día que vas a cogerlo ¿ Taaachin! ¡ a tomar x culo x unos gusanos! ( o se transforman en mariposa tio o vendelos a precio oro en EBAY).
¡ Un saludete Obdulio!

Obdulio de Oklahoma dijo...

¡Hola, Don Calimero!
Bueno, al menos no eran los ahorros de toda la vida. En donde lo leí decía que era lo ahorrado en cuatro años. Claro que no deja de ser una putada. Lo que si da que pensar es la higiene en esa casa. ¿Mo había notado la presencia de visitantes molestos?
¡Abrazos!

Jesús dijo...

Cualquier tiempo pasado fue mejor. Que engañosa es la memoria.

NEKA dijo...

Pues si es milagroso si, te sale fallo y te deja publicar, a veces pasa, yo cuando me sale eso insisto y espero a que publique y si hay moderación espero a que salga lo de se publicará cuando modere el administrador. Saliendo cualquiera de esas dos cosas ya me quedo tranquila de que se verá.
Me ha pasado alguna vez también.
Abrazos

Alfonso dijo...

Cuando yo era niño en la España nacional-católica por la gracia de Dios, no nos hacía falta documentos de identificación para saber el pedigrí de cada infante. Tú veías un niño rollizo, peinado de raya a la derecha dibujada con tiralíneas, enfundado en un traje de marinero de terciopelo azul, calcetines blancos impolutos con zapatos de charol negro y el diagnóstico de pertenencia era plenamente acertado: Ese niño es de buena familia, o la variante, más de pueblo, de familia pudiente.

Después estábamos los otros, los del garbanzo perpetuo, renegríos del sol de tanto callejear y canijillos más por obligación que por devoción. Éramos los del vaso de leche en polvo que a Mister Marshall se les fue "cayendo" de los camiones que iban camino de Europa y que fueron a parar a los colegios del Movimiento. El mío, como no, Grupo Escolar José Antonio Primo de Rivera. A las 5 de la tarde, un rato antes de salir nos repartían un vaso de esta leche infame que sabía a todo menos a leche.

Los hijos de las familias pudientes bebían leche de verdad, de las que dan las vacas. Y calostros bien cuajados, que una vez probé y creí ser transportado al séptimo cielo. Es lo que tenía ser niño de carencias, entonces, que cualquier cosa que probabas fuera de la rutina garbancil te sabía a manjares exóticos, aunque estuvieras comiendo un simple arroz con pollo.

Nuestro "bollicao" era un trozo de pan con aceite y azucar, o una jícara de chocolate, que tenías que tener las mandíbulas de un mandril para partirlo.

No sé si alguna vez habéis oído una canción de los años 40/50 cantada por un cuarteto vocal de entonces, llamados Los Xey, que se llamaba "Buen Menú"... Os lo aseguro, a mí me hacía salibar cuando cantaban: ¡Camarero!... ¡Señor!... ¡Qué hay para hoy!... ¡Un buen menú!... ¡Solomillo asado con patatas fritas, sesos huecos, hígado, liebre, chateaubriand.

Sopa de albondiguillas, caldo de tortuga, sopa húngara, consomé de almejas, gran cocido parisién, huevos al gratén.

Tenemos pollo asao, asao, asao, asao, con ensalada, buen menú, buen menú, buen menú, señor.

Y frescos calamares, gallo, pescadilla frita, salmonetes, barbos, bacalao a la vizcaína, atún, besugo,almejas, truchas, sábalo, langosta a la americana, y faisán relleno, pavo asao, asao...

Pavo asao, asao, asao, asao con ensalada, buen menú, buen menú, buen menú, señor.

Frito de espinacas, berenjenas fritas, habichuelas, frijoles y tortilla al ron.

Crema, tocino de cielo, mazapán, natilla, hojaldre, franchispán,
flan de avellanas, frutas, queso roquefort y también gruyere.

Y después, buen helao, y café, buen provecho le haga a usted.
Buen provecho le haga a usted!

Cuando acababa la canción, aun sin entender a qué platos se refería en su mayoría quedaba más atormentado que Carpanta, que ya es decir...

Saludos a todos/as.

Don Alfonso (me gustó el "Don")

Obdulio de Oklahoma dijo...

Cierto, Don Alfonso, los "formatos" de niños de entonces no engañaban.
El pollo era un lujazo, claro que sí, era el ideal máximo del genuino Carpanta, uno de nuestros "personajillos" adorables de lo que después sería el "comic" y de momento era simplemente el tebeo.
Fue una fiesta en mi casa el día que comimos "ensaladilla rusa", ¡un auténtico festín!
A mi solían darme para merendar pan con chocolate, una merienda tradicional y todavía una exquisitez. Chocolates "Zahor" con sus cromos de futbolistas y "Chocolates Chobil" (Chocolates Bilbaino"
Escuché muchísimas veces en el tocadiscos de mi casa, esto ya siendo adolescente, a los Xey, y entre muchas canciones la que usted cita. También teníamos un LP de los Chimberos, otro de "Sarita Montiel", etc., etc. Y no precisamente adquiridos en España, sino en Venezuela, pues mis padres eran emigrantes en ese país. Las delicias culinarias de la canción de los Xey eran poco menos que gastronomía ficción en aquel tiempo.
El Don le sienta muy bien, Don Alfonso, y además se lo merece.
¡Abrazos!
(Gracias por la letra de la canción, echaré de vez en cuando un vistazo a ver si me la aprendo)

Pues no, Don Jesús, no creo que el tiempo pasado sea mejor, es sencilla y llanamente distinto. Sí creo en su segunda frase: "¡Qué engañosa es la memoria!" Idealizamos la infancia y nuestros padres las pasaron putas. Y lo malo malísimo es que no todos los niños pueden idealizar su infancia, algunos no la tienen.

Son las "gamberradas" o "milagros" de la técnica, Anita.

¡Feliz fin de semana para todas/as!