lunes, 20 de junio de 2011

De incognito

- En qué trabaja usted?

- Si me guarda el secreto se lo digo, soy político.

- Caray, tienen ustedes muy mala fama y corren el riesgo de ser agredidos.

- Tengo mis trucos, para salir a la calle me disfrazo de ciudadano compungido.

- Dirá usted indignado.

- No, compungido, lloroso..., así doy pena; digo a la gente que pesa sobre mi una hipoteca muy gorda y que mi mujer, que también es muy gorda, me ha abandonado la muy cretina, que se ha ido con un taxista del Prat.

- Pero su mujer, la de verdad, es gorda?

- Bueno, sólo propensa a ganar unos kilitos si se descuida. Es que le gusta mucho comer.

- Ya, ya, y vivir a todo lujo, no?

-Bueno, de vez en cuando un abrigo de visón, un ferrari, un collar de perlas...

- Madre mia, necesita usted corromperse mucho para llevar ese tren de vida.

- Pues ya me dirá. Resignación cristiana.

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